Supongo que el desasosiego despierta más la pluma que la felicidad, no es que esta amuerme pero sí tranquiliza y relaja. No soy muy dado a hablar de amor o desamor, del primero por lo dicho y del segundo porque parece que agrava las heridas , aunque a veces como en este caso sirva de lenitivo para la angustia o para paliar o sobrellevar el volumen de la ausencia que produce el vacío de la comunicación cero. Creía que alguna ventaja podía tener yo por mi pérdida de dignidad, falta de orgullo o débil personalidad. Eran los requisitos imprescindibles para aceptar tantos regresos tras tantas rupturas; creía que sólo se podía perder aquella una vez y que el reitero no aumentaba el grado, pero veo que no ha sido así. Calificarme ella de "
carroña" , a lo que no he contestado,no es cualquier cosa es verme como personalidad con degradación en progreso y eso presagia no una continuidad de idas y venidas sino un final por destrucción como pareja, al darse cuenta de la no apetencia de relación con quien se ha dejado degradar a sí mismo.
Como mi capacidad de ofenderme es escasa lo de "
carroña" no me ha ofendido pero sí me ha hecho comprender como ella me ve al cabo de casi ocho años de relación, ofensa no, tristeza sí ,porque evidentemente tiene razón en el calificativo. Ruptura ,huida, distancia ,silencio, vacío,ausencia, espacio infinito; y lo peor como condimento de esa ausencia, el mensaje subyacente de rencor, hartazgo y probablemente odio, inmerecidos para quien siempre la acogió de nuevo ante cada regreso sin condicionante alguno por mi parte. Y como en esas películas de viajes en el tiempo que al alterar el futuro se borra en una foto una imagen del pasado........,
bueno me quedé con su brazo izquierdo.
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