Ayer enterramos a la más pequeña de la foto, mi tía FELISA Los tres primeros cruzaron a la otra orilla, por orden de llegada a esta de aquí, pero esta vez mi tía se adelantó a mi padre que sigue en este lado.
Los muertos también han sido niños. No necesito ir a un entierro y empujar el feretro hacia la tumba para tener presente a la muerte; la carrera hacia ella nunca para aunque a veces uno tenga la agradable sensación de períodos en que pocos de los que te rodean llegan a la meta. Pero no por ello te olvidas de que la carrera continua, y que la mayoría queremos llegar los últimos y no los primeros. En realidad es como si una voz gritase : ¡nacidos en 19.... a jugar!. Y claro hay carreras ya terminadas en que todos llegaron a la meta, incluso si uno se atrasa mucho puede correr un tiempo en solitario, pues todos ya llegaron.
Los niños de la foto fueron padres o madres de 14 descendientes entre todos, más los 7 que aportaron los dos hermanos que en 1929 aún no habían nacido.
¿Qué nos une a esos 21 primos hermanos?Los lazos se diluyen y con frecuencia la relación depende de la supervivencia de la generación anterior, por eso los ancianos parece a veces que no tienen primos , cuando en cambio de niño si que tratabas o conocías a los primos de los padres. De algunos aún oigo hablar, pero de otros independientemente de que aún vivan se ha perdido su rastro y para mi hasta la conciencia de su existencia y mucho más de su descendencia.
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ResponderEliminarHoy mi padre ya se fue.
ResponderEliminarUn beso papá